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Hambre emocional: ¿Qué es y cómo puedo corregirlo?

Para definir que es el hambre emocional, es importante conocer como nos relacionamos con la comida a lo largo de la vida.

Sabemos que la alimentación proporciona el principal aporte energético a los seres vivos.

Gracias e ella podemos hacer todo lo que hacemos.

Pero la alimentación no solo tiene funciones biológicas, también está relacionada con nuestras emociones.

Desde que somos pequeños creamos una relación emocional con lo que comemos.

Esa relación emocional se produce cuando nuestros cuidadores nos proporcionan la mayoría de las cosas que ingerimos.

En esta etapa, cuando recibimos la comida de otras personas, la relacionamos con la protección y con los cuidados.

Ya en la edad adulta, somos nosotros mismos los que nos alimentamos.

Sin embargo, no perdemos por ello nuestra conexión emocional con la comida.

Cuando somos adultos solemos asociar la comida con eventos yfestividades.

También la vemos como una muestra de afecto hacia otras personas.

Pero también podemos asociar la comida con situaciones que nos causan estrés o malestar.

 

¿Seguro que comes cuando tienes hambre?

Seguramente si lo haces en la mayoría de las ocasiones, pero es posible que a veces comas aunque realmente no lo necesites.

Si comes sin necesitarlo, es muy posible que sufras hambre emocional.

Lo peor del hambre emocional no es que comas sin hambre, lo peor es que en la mayoría de las ocasiones cuando se sufre, se ingieren alimentos de escasa calidad que te harán ganar peso con facilidad.

Tal vez nunca hayas oído hablar de este término o no cuentes con demasiada información.

En este post te voy a hablar en profundidad sobre este tema.

¿El objetivo de esta información?

Que no te dejes llevar por la ansiedad, comiendo cosas que no necesitas, de esta forma, tendrás una relación sana con lo que comes.

 

 

Hambre emocional: Cómo superarla

Ya te he explicado en el apartado anterior que tenemos una relación con la comida, que va mas allá de mantener a punto nuestras funciones biológicas.

En el ámbito las emociones, tu relación con los alimentos puede ser positiva pero también negativa.

Todos somos conscientes de que no es lo mismo levantarse a las tres de la mañana para darte un atracón delante de la nevera, que sentarse a comer con la familia disfrutando de cada bocado.

Es importante que conozcas las señales.

Así que a continuación, te muestro algunas herramientas con las que puedes vencer al hambre emocional.

 

1- Modifica tu relación con la comida

La clave de todo está en la relación que tengas con la comida.

Somos seres emocionales, así que en todo lo que hacemos hay un componente emocional, también con lo que nos llevamos a la boca.

Por eso el primer paso que hay que dar, es acabar con la idea de que la comida está asociada a sentimientos como el estrés, el aburrimiento, el miedo, la privación o la ansiedad.

De hecho, el hambre emocional y la ansiedad van bastante de la mano.

Sea lo que sea lo que te pase, deberías llagar a la conclusión de que la comida saludable es tu amiga.

Por eso es importante que la asocies con algo positivo, que te ayuda todos los días a dar la mejor versión de ti mismo.

Pero, ¿cómo modificar tu relación con la comida? Te dejo algunos consejos:

  • Haz actividades que te ayuden a estar relajado (yoga, meditación, fitness).
  • Mastica los alimentos, no tragues la comida!
  • Come en un ambiente tranquilo y apaga la televisión.
  • Mantente hidratado a veces la sed se confunde con el hambre.
  • Duerme bien, así evitarás el desequilibrio hormonal, que te hará comer más.

 

 

 

2 – Házte algunas preguntas clave

El hambre emocional es algo que sí o sí, te va a llevar a comer más y peor.

Así que lo primero que toca es detectar el problema.

A veces tu problema de relación con la comida se te ha pasado por alto.

Pero esto no quita que haya hay señales, en las que puedes empezar a reconocer que estás comiendo de forma emocional.

Es el momento de preguntarte porqué haces lo que haces.

Pregúntate que es lo que lo provoca, identifica que es lo que te lleva a comer de forma compulsiva.

Tal vez lo haces cuando estás nervioso, aburrido o cuando te sientes solo.

La forma de comer, también puede ser un indicativo.

¿Masticas mal?, ¿comes con prisa? Deja de hacerlo.

De igual forma, preguntarte si has disfrutando de lo que comes.

También puedes reconocer si te sientes culpable después de un buen festín.

Este “escaneo”puede ayudarte a reconocer si tu relación con la alimentación está siendo o no la mejor.

 

3 – Pon el foco en las cosas que importan

Llegados a este punto, si padeces este problema lo mejor que puedes hacer es cambiar de rumbo.

Eso significa que reconozcas cual es tu momento emocional y porqué esto se está reflejando en la forma en la que comes.

Puede sonar un poco cursi, pero si para ti la comida es un regalo que te haces a ti mismo para honrar a tu cuerpo, muy probablemente esto se reflejará en la forma que tienes de alimentarte.

Seguramente en este caso, disfrutarás de cada bocado y tendrás el buen hábito de sentarte en un espacio relajado y alejado de malas energías para comer.

En el otro sentido, si la comida para ti, solo significa algo funcional que solo “te sirve para mantenerte vivo”y comes siempre a toda velocidad, es un claro síntoma de tus episodios de hambre emocional.

La clave está en anticiparte para reconocer como te sientes antes de dar el primer bocado.

De esa forma podrás crear las condiciones necesarias para alimentarte de forma saludable.

Tu principal objetivo no debería ser perder peso, eso será la consecuencia lógica de hacer las cosas bien.

Lo recomendable es que pongas el foco en la salud, todo lo bueno que te espera, vendrá después.

 

4 – Toma acción

El primer paso para resolver un problema es reconocer que tienes ese problema, solo así tendrás una solución.

Es un hecho, refugiarte en la comida, no es algo que vaya a solucionar tus conflictos.

Tienes que darte cuenta de que en el combate hambre emocional VS hambre real, siempre tiene que ganar la primera opción.

Si te das atracones con frecuencia o comes con ansiedad, de alguna forma estás proyectando tu estado de ánimo en tu relación con la comida.

Por eso es probable que haya cosas en tu vida o aspectos que debas afrontar con la ayuda de un profesional que te ayude a reconducir la situación.

Sinceramente espero haberte sido de ayuda en este tema, si lo sufres, la buena noticia es que tienes solución.

El primer paso, es reconocer el problema, el segundo ponerte en manos de profesionales que te ayuden a tener una relación saludable con tu alimentación.

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